4 ago 2008

Por fin uno de mis sueños se hizo realidad; estuve en un festival de rock en el extranjero.

Algunos de los aspectos importantes que llamaron mi atención, ya sea por su diferencia o por su semejanza con los festivales mexicanos fueron los estos. Cabe destacar que como mucho se ha dicho cada quien vive un festival diferente y los puntos de vista que aquí expreso son eso, opiniones de lo que me tocó vivir:

• Confirmo que el rock, por lo menos en Estados Unidos, o más específicamente en Chicago (porque es lo que me consta) es música de blancos. Hablo en términos puramente raciales y con fines demográficos; no pretendo polemizar.
Lo que pude ver fue en porcentajes burdos a ojo de buen cubero un 85% de gente blanca, un 10% de negros y un 5% del resto del mundo.

• No sé si sea por una diferencia en el concepto de espacio vital o por una razón cultural, pero la gente no se aperra para estar lo más cerca del escenario posible. En México sabemos que es así, aunque eso signifique estar embarrado al de en frete y tener al de atrás embarrado a la espalda. Todo eso tiene como consecuencia cierta facilidad para llegar a un buen lugar para ver las bandas.

• Yo pensaba que uno iba a los festivales a ver a sus grupos y ya, por lo menos es lo que yo hacía antes, pero pude comprobar que es totalmente cierto lo que muchos dicen de “descubrir” bandas que no conocías en los festivales, sobretodo porque hay muchas cosas que no llegan en términos comerciales a nuestro país y sólo clavándote en lastfm o en blogs puedes escuchar.

• Todas las edades estaban presentes, desde niños de 4 o 5 años de edad acompañados por sus papás, hasta gente que sobrepasaba los 50 años acompañados de su pareja o amigos.

En términos musicales les daré los relevantes:

Actos que esperaba buenísimos y lo estuvieron.

Radiohead. Un soy visual muy bonito con laser de colores y repleto de éxitos y con mucho del In Rainbows. Para mi gusto sólo les faltaron Karma Police y Hi & Dry.

NIN. Trent Reznor y compañía prendieron muy bien al público y nos hicieron hacer headbanging a todos los que nos congregamos al final del tercer día con visuales simples pero bien armonizados.

Rage Against the Machine. El momento en el que la gente estaba más prendida y alocada de todo el festival. Incluso hubo un momento en el que Zack De la Rocha tuvo que parar la música porque la gente que estaba hasta adelante estaba siendo lastimada. Lo malo es que no repitió la rola y la dejó a medias.

The Raconteurs. No cabe duda que es una delicia escuchar la guitarra de Jack White, ya sea en los White Stripes o en los Raconteurs. Un muy buen show con una selección balanceada de los dos discos en su haber.

Bandas que sabía que existían y excedieron mis expectativas.

Battles. Gran gran show, impresionante lo que hacen en el escenario, con justa razón muchas listas de revistas y blogs ponían su álbum como uno de los mejores de 2007. Tocaron al mismo tiempo que Lupe Fiasco, ya me quería ir a verlo y no podía; me tenían totalmente enganchado.

The Go! Team. Tres chicas y tres chicos que derrochan energía en escena e interpretaron canciones que nos pusieron a bailar a todos los presentes a pesar del intensísimo calor del primer día de festival.

Gogol Bordello. Los Gipsy Punks me volaron la cabeza con sus melodías y con su energía. Mucha gente se congregó en el AT&T stage para verlos y creo que ninguno salió decepcionado.

The National. Muy armónicos y con una ejecución impecable. Con rolas desde tranquilas para mover los brazos de un lado al otro, hasta otras con buena dosis de guitarra y batería.

Kanye West. Nunca había presenciado un show de un hiphopero internacional y la verdad me gustó y mucho. Un gran espectáculo que prendió muchísimo a la gente y puso a bailar a todos los presentes.

The Black Keys. Dos simples palabras para describir su show: rockean duro.

Bandas que no sabía que existían y me sorprendieron gratamente.

White Lies. Una banda de chicos ingleses que interpretan rolas muy bien ejecutadas y rockean duro.

Flogging Molly. Una banda que mezcla el sabor de la música tradicional irlandesa con algunos tintes punk, dando como resultado un buen momento para bailar, brincar y disfrutar al ritmo de sus acordes.

Witchcraft. Una banda que le rinde culto al Rawck de los 70. Al escucharlo nos damos cuenta de inmediato de la influencia de Black Sabbath y Deep Purple en sus riffs. Un gran descubrimiento.

Explosions in the Sky. Un viajesote de rock instrumental, con momentos que llevan de la depresión a la euforia. Muy buenos.

Bandas que quería ver y no cumplieron mis expectativas.

Gnarls Barckley. A pesar de haberme puesto a bailar en un par de ocasiones, siendo sincero yo esperaba más de esta banda, no sé si haya sido por los prolongados periodos que dejaban entre rolas o por qué, pero no me convencieron.

MGMT. Mucho se dice que esta es una de las bandas que hay que ver en este verano, muchos compramos la idea y nos congregamos alrededor del Myspace stage para ver su show. Salvo algún momento excepcional, a mí en lo personal no me satisfizo.

The Ting Tings. A pesar de que creía estar a punto de convertirme en fan, no lo lograron. Me encantan sus dos sencillos y una o dos rolas más pero creo que de ahí en fuera no lo logran.

Menciones especiales.

The School of Rock Band. Una bola de chavitos entre 12 y 17 años que rockean durísimo y tienen una técnica envidiable, la verdad conozco a muchos que les doblan la edad y quisieran ser tan buenos como ellos.

Los espacios de los patrocinadores. El AT&T Digital Oasis desde el que podáis usar internest y teléfono gratis, el Dell Summer Rock donde hacían botones con la imgen a tu gusto, el Q101 Hamac Paradise para irse a echar un rato, etc. hicieron la estancia mucho más placentera.

Perry Farrell. Subiéndose al escenario junto con un par de miembros de la School of Rock Band y el mismísimo Slash de Guns n’ Roases tocaron unas cuantas rolas en el área infantil para beneplácito de la audiencia. Knokin’ on heavens door, The mountain song y Jane says fueron las que sonaron y todo coreamos. Uno de mis momentos favoritos del fin de semana, si no es que el más.

En términos generales es fue una experiencia que difícilmente podré olvidar (a menos que me dé Alzheimer, amnesia o algo por el estilo), sumamente disfrutable y que pretendo repetir tantas veces como pueda y quiera.