23 may 2007

Aaaa qué bonito es soñar... dicen que no cuesta nada, pero, ¿En verdad no cuesta nada? Todo el tiempo que perdemos soñando ¿no cuesta?
Me he puesto a pensar en esto debido a que hoy miércoles se juega el Melate, que en esta ocasión, debido al nivel de salinidad de los mexicanos, premia al primer lugar del sorteo con la fabulosa cantidad de 372 millones de pesos.
Hasta hace algunos meses mi mente no era capaz de entender que existiera tanto dinero junto al mismo tiempo y en el mismo lugar, por lo menos físicamente, afortunada o desafortunadamente un chino (de china, no del cabello), me vino a quitar la venda de los ojos cuando le encontraron 205 millones de dólares, 201 mil euros y más de 17 millónes de pesos mexicanos que tenía guardados en una casa en las Lomas.
Independientemente del acto me puse a soñar qué haría yo, un simple mortal, si un día despertara con una cuenta de banco en la que alojo 372 millónes de pesos. Al principio me costó mucho trabajo salir de los lugares comunes en la onda "me compro un coche, una casa y me dedico a viajar" jajaja, la neta es que es bien normal que pensemos cosas así, pero un ratito, lo grave es que ya teniendo todo ese varo, lo único que hagamos sea sólo gastarlo, digo, muy respetable si alguien lo hace, pero por lo menos yo no lo haría.
Siempre he pensado que dinero llama a dinero, y si ya tienes un cerro de billetes, en poco tiempo puedes tener dos, tres, siete o veinte, dependiendo de qué tan hábil seas.
Después de un ratote de estar en el viaje, viéndome a mí mismo con un palco en el nuevo estadio de los Vaqueros de Dallas (que todavía ni se construye), con dos que tres negocios propios dándome lana y con un depa en alguna ciudad del extranjero, me di cuenta que estaba en la estación del metro tacubaya y ya me tenía que bajar. Maaaadres!!! que trancazote de vuelta a la realidad.
A lo largo del día me ha quedado la espina de entrarle al sorteo, al que por cierto nunca he sido asiduo y al mismo tiempo han venido a mi mente los versos del maestro Chava Flores:

¿A QUÉ LE TIRAS CUANDO SUEÑAS MEXICANO?

¿A qué le tiras cuando sueñas, mexicano?
¿a hacerte rico en loterías con un millón?
Mejor trabaja, ya levántate temprano;
con sueños de opio sólo pierdes el camión.
¿A qué le tiras cuando sueñas, mexicano?
Con sueños verdes no conviene ni soñar.
Sueñas un hada ... y ya no debes nada,
tu casa está pagada, ya no hay que trabajar,
Ya está salvada la copa en la Olimpiada,
soñar no cuesta nada ... ¡qué ganas de soñar!
¡Ah! ¡ Pero eso sí .... mañana sí que lo hago!
¡pero eso sí .... mañana voy a ir!
¡pero eso sí .... mañana sí te pago ....
¿A qué le tiras cuando sueñas sin cumplir?
¿A qué le tiras cuando sueñas, mexicano?
Deja el tesoro que Cuauhtémoc fue a enterrar;
cuántos centavos se te escapan de la mano
buscando un taxi que jamás te ha de llevar.
¿A qué le tiras cuando sueñas, mexicano?
¿qué faltan niños pa´ poblar este lugar?
sigue soñando que no hay contribuciones,
que ya no hay mordelones, que ya puedes ahorrar;
sigue soñando que el PRI ya no anda en zancos,
que prestan en los bancos, que dejas de fumar.
¡Ah! ... ¡Pero eso sí .... mañana nos casamos!
¡pero eso sí .... mañana te lo doy!
¡Pero eso sí .... la ultima y nos vamos!
¿A qué le tiras cuando sueñas, soñador?
Sigamos soñando y nos leemos en la próxima.

22 may 2007

Uno de mis hobbies

¿Por qué tener un hobbie?, es más, ¿Por qué llamarle hobbie a algo que simplemente nos gusta hacer? La verdad es que hay algunas cosas que me gustan mucho, pero no necesariamente todas esas cosas son mis hobbies, algunas porque la neta están fuera de mi alcance, otras porque cuando estoy decidido a empezar a hacerlas me da una fiaca impresionante y otras porque simplemente son sueños bien fumados que me gusta tener.

Independientemente de estos, una de las cosas que desde niño me gusta son los carros, recuerdo perfecto que cuando tenía como nueve años fui con mi papá a uno de las primeras expo-auto que hubo en México y fue justo en esa ocasión que me di cuenta de que me rayaba completamente el Lamborgini Diablo, es más, hasta dije que un día iba a tener uno de esos. En aquellos entonces Adrián Fernández iba en ascenso en su carrera y firmaba autógrafos en una mesa que, en realidad, no mucha gente pelaba.

Afortunadamente la vida me ha llevado por caminos que de una u otra manera desembocan en el automovilismo deportivo, bueno, eso de automovilismo-deportivo suena mucho más pro de lo que en realidad hago, dicho de manera más aterrizada, juego a los cochecitos; ¿Cómo? Corriendo rallyes de regularidad, no de esos de velocidad en los que los pilotos y navegantes andan como locos a todo lo que les da su carro y al final de la carrera terminan sin suspensión, sin llantas y todos adoloridos de la espalda. Cabe aclarar que yo soy navegante.

En poco tiempo (aprox. 1 año y 1/2) he tenido buenos logros en el ambiente; en mi año como novato (2006) logré, junto con mi piloto y amigo de toda la vida, obtener el tercer lugar nacional de la categoría. En lo que va de este año, con un cambio de piloto (ahora corro con mi papá), hemos tenido dos importantes participaciones en eventos de invitación: Segudno lugar de la categoría expertos en La Carrera del Golfo al Pacífico y Primer lugar de la catgoría expertos en el Audi Rally Tour.

Con estos dos hechos me di cuenta de lo convenencieros y/o envidiosos que somos los seres humanos, en especial los que somos mexicanos, vemos un poquito de éxito en otro y de inmediato tenemos dos posibles reacciones:

a.) Le tiro mala onda e intento boicotearlo, diciendo que seguramente alguna trampa hizo para conseguir lo que tiene.

b.) Intento colgarme de su triunfo en la medida que pueda, ya sea aplicando el clásico "yo le enseñé" o simplemente tratando de agradarle para en cualquier momento poder presumir el también clásico "es mi cuate".

Para bien o para mal, la gente del ambiente reaccionó de la segunda forma, por lo menos la mayoría, seguro hay uno que otro que no, lo que ha resultado en una cresta de popularidad en mi vida entre los que me rodean en ese ámbito.

A fin de ceuntas cuando estabamos realizando una prueba de aceleración en el autódromo de Morelia, Michoacán me di cuenta de que no eramos pilotos que practican el automóvilismo-deportivo, sólo eramos un bonche de tipos que en efecto, sólo jugaban a los cochecitos.

"The difference between a man and a boy, its just the price of the toy".