17 jul 2008

¿Pena agena o regocijo y luego preocupación?

En una de esas pláticas nocturnas con mi buen amigo Arturo en las que tocamos infinidad de temas que parecen no tener ninguna relación uno con el otro, llegamos al lugar común que reza: “hay de todo en la viña del señor”, e hicimos un gran énfasis en la gente que se salta la lógica y el sentido común.

No quiero ponerme en el plan payaso y pretensioso de decir que todos están bien brutos menos yo, pero de verdad en ocasiones me impresiona que a algunas personas les cueste tanto trabajo resolver problemas que a otros pueden parecerles muy simples.

Infinidad de anécdotas podrían comprobar esto, por ejemplo:

Tienes una cuenta en la que te depositan tu sueldo y quieres sacar dinero en el cajero automático. Todo va bien hasta que el sistema te pregunta el tipo de cuenta que tienes; normalmente las opciones se limitan a Cuenta de Ahorro, Cuenta de Cheques y Tarjeta de Crédito. La respuesta puede parecer simple, sin embargo hay gente que elegiría Cuenta de Cheques o peor aun Tarjeta de Crédito. Como dijeran en otro blog: HECF!!!

En el ámbito laboral también pasa muy seguido el encontrarse con gente que si la sacas de su rutina no sabe qué hacer, es como si a un ratoncito de laboratorio entrenado para encontrar la salida del laberinto le cambiamos una sola de las paredes, seguramente después de desconcertarse mucho empezaría a caminar sin sentido, así le pasa a estas personas.

Puede ser que el tipo de trabajo que desarrollan sea sumamente mecánico y no les exija usar el intelecto, pero eso no los excusa de usarlo en otras situaciones y pues bueno, no le dejan a uno alternativa más que resolverlo uno mismo. Pueden ser buenos para su trabajo, siempre y cuando no se les exija pensar un poco más, porque entonces es cuando demuestran que la lógica fue sólo una molestísima clase que tomaron en la prepa.

En esos casos me digo (y en ocasiones les digo), ¿cómo es posible que yo que tengo unos días/meses/minutos aquí y no tengo toda le experiencia que tú tienes, te tenga que venir a decirte esto? De verdad hay veces que me da pena ajena y hasta me ruborizo por la situación.

Después de darme cuenta de que este tipo de gente abunda y está presente en los más diversos ámbitos de la vida, hasta me regocijo de la situación por varias razones:

Primero. Soy muy afortunado de que mis circunstancias hayan sido favorables para recibir educación académica, que mis círculos sociales me hayan exigido esfuerzos mentales y competencia.

Segundo. Me doy cuenta de que no estoy tan bruto y por lo tanto,

Tercero. Tengo más chance de destacar.

Dicen que en tierra de ciegos el tuerto es rey, entonces cuando uno se rodea de gente entre la que puede destacar todo se vuelve relativamente sencillo, pero cuando nos metemos con uno de nuestro tamaño, ahí es donde viene la preocupación porque, así como antes encontrábamos gente que parecía tener dos dedos de frente y no ver más allá de su nariz, ahora encontramos otros sumamente brillantes y que teniendo nuestra misma edad o incluso menos conocen y han hecho muchas más cosas que nosotros.

Eso representa un reto y hace del mundo en el que vivimos una eterna competencia. Somos muchos y por lo tanto aumentan las probabilidades de pasar inadvertido.

Algún caso que ustedes recuerden que compruebe o contradiga este post?

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Sin ánimo de polemizar el post, considero que dicha frase, tal y como lo recuerdo del evangelio del domingo pasado, hace referencia a que si bien, pueden existir personas mas ó menos hábiles, o con mayores posibilidades o capacidades, al final del día, lo que verdaderamente cuenta es el desarrollo o la manera de conducirse por la vida.

El acto de "prejuzgar" siempre resulta un ejercicio peligroso: bueno o malo, bruto o listo, etc. Recordemos que cuando menos lo esperamos somos nosotros los que estamos del otro lado de la moneda.